Melusina
Título original: Melusine
Autor: Jakob Wassermann
Género: Novela 
Editorial: Plaza - Ediciones G. P.
Traducción: Jorge Miracle
Portada: Chaco
Año: 1956
Páginas: 158

Año de la primera publicación: 1896







En el corto intervalo de unos meses invernales, entre las frías paredes de una pensión en Munich, se decide el destino de dos seres que viven la dulzura de un naciente amor. El estudiante Vidl Falk conoce a Melusina en la pensión Bender, cuyo pequeño mundo envuelve con sus lazos a la pareja. El tutor de Melusina, un despótico coronel, domina a la muchacha y a Falk, para quienes se convierte en un juez que puede disponer de sus vidas.






En la pensión Bender nace el romance entre Vidl Falk y Mely Mirbeth (Melusina). Dos jóvenes que a pesar de estar muy enamorados se ven imposibilitados de mantener una relación normal y pública debido a la inmadurez, las dudas, el pesimismo y la desidia en tomar las riendas de sus vidas.

Por un lado tenemos a Vidl Falk, quién después de pasar unas temporadas de hambre, logra ganar una beca en la Escuela Superior. Sin embargo, decide gastar el dinero de la beca en llevar una vida más holgada, lo que siempre aspiró, comenzando por mudarse a una pensión más acomodada pues considera que no necesita mayor educación de la que ya tiene. Por otro lado, tenemos a Mely Mirbeth, una huérfana que vivió mucho tiempo en un convento, y que ahora es la protegida de un autoritario y celoso coronel ya mayor, quien la mantiene económicamente y a la vez la pretende. Estos personajes vivirán el inicio de su romance de manera oculta con intensas reflexiones y diálogos que al final no los llevará a ninguna parte, terminando sumergidos en un mar de frustraciones pues no son capaces de sobreponerse a sus dilemas existenciales, resultando la presencia del coronel una excusa, una justificación para no salir ambos de su "zona de confort".

Casi la totalidad de escenas transcurren dentro de la pensión, donde acompañan a esta pareja de jóvenes la propietaria, sus hijas y los otros huéspedes, personajes interesantes que animan la historia y aportan significativamente a que sigamos con la lectura y que la indecisa relación y los problemas existenciales de los protagonistas no nos llegue a saturar. 

Melusina es la primera novela del escritor alemán Jakob Wassermann, quien hace gala de una cuidada pluma. Esta obra consta de quince capítulos. En dos de ellos, el sexto y el décimo tercero para ser exactos, se transcriben partes del diario del joven Vid Falk que nos hacen confidente de sus reflexiones y vivencias.

Antes de leer el libro tenía otra idea del mismo, principalmente por la portada, que muestra la sombra de un arma, una serpiente y un diario. Estas imágenes hacían que mi imaginación fluyera antes de leerlo, aumentando mi interés con la idea de una historia con altas dosis de acción o intriga. Fue un error, pues la historia si bien mantiene uno que otro momento álgido, estos son tibios. Su punto fuerte es la interacción entre los personajes y la recreación de la psicología de cada uno de ellos.













Pocos hombres hay que sepan permanecer con sus deseos en el reino de lo posible.
Pág. 3


Aparte de esa inquietud que asalta a todos los que despiertan de sus sueños para reintegrarse a las preocupaciones de la vida, la desazonaba pensar que era un día más vieja. La decadencia de su cuerpo era un drama que a diario soportaba rencorosamente. Quería ser joven y conservar su juventud a todo trance. Pero a los cincuenta años se es viejo, pese al arte de los modistos más expertos.
Pág. 7


Pero llegó el siguiente día y transcurrió de modo inexorable, así como el segundo y toda la semana, siempre con la esperanza puesta en el mañana. Ni ella misma sabía cómo volaban las horas, tan aburridas por sí solas y tan cortas en su totalidad. Se levantaba ya muy entrada la mañana, jugaba luego con la niña. No tenía deseos de leer, y durante las largas horas de la tarde cosía y repasaba sus ropas. La mitad de la noche la pasaba en vela y soñaba despierta. Imaginaba verdaderas novelas, que se enriquecía y vivía rodeada de lujo y fastuosidad, con un tropel de esclavos a su alrededor. Pero sus propios sueños se vengaban de aquellas fantasías agobiándola como si una montaña gravitase sobre ella. Eran sueños en los que siempre se sentía amenazada, en anchas llanuras, en tenebrosos bosques, en precipicios o abismos. Y era perseguida hasta que se hallaba demasiada cansada para seguir huyendo.
Pág. 25



...Había vivido todas sus fantasías, el palacio y la multitud de esclavos a su alrededor, el paseo a caballo, lleno de aventuras, ella caía del corcel y se veía luego cuidada por un altivo conde y por su madre. No podía conciliar el sueño. "Desearía alguna vez ser feliz de todo corazón", murmuró a la almohada, y estampó un beso en la blanca tela. Eso fué lo último de que pudo acordarse a la mañana siguiente.
Pág. 35


Para ti mi primera canción,
para ti mi canto de muerte.
Una eterna promesa
que durará mientras brille el sol.

Como un dolor inacabable
me es amarga la vida.
Pero mientras la muerte no selle mis labios,
soy tu esclavo.
Pág. 57



"Ya no durará esto mucho tiempo. Será algo pasajero, como la nieve en primavera. Pero no deja de ser hermoso. Un bello sueño, nada más que un sueño".

Pág. 80


"¿Por qué llora? - pensaba -. ¡Oh, si yo lo supiera! ¿Qué motivos tendrá? ¿Se sentirá culpable? ¿Será porque cesa ya para ella una existencia sin amor? No; no; se siente culpable, es esto simplemente. ¡Si yo pudiera leer en su alma! Pero es un misterio, un enigma. No en vano se llama Melusina".
Pág. 89


El la estrechó tan fuertemente entre sus brazos, que apenas la dejaba respirar, y así permanecieron durante casi una hora sin decirse nada. Los dos pensaban en lo mismo: lo sucedido antojábasele maravilloso y al pensar en el pasado, todo lo que hasta entonces habían vivido les parecía que no había tenido más objeto que unirles.
Pág. 90


Así será mientras el mundo exista: El odio y el amor van siempre unidos, estrechamente hermanados.
Pág. 90


Sin preámbulo alguno, empezó la dama a hablar del coronel. Lo elogió, elevándolo hasta las nubes. Un refinada manera de empequeñecer a los hombres es encontrar perfectos a los que odian.
Pág. 111


Estoy seguro de que no dormiré. Me estaré sentado junto a la ventana, recordando cada uno de sus gestos, cada palabra suya. Su amor pesa en mi pecho como una carga inmensa, que llevo, no obstante, gustoso.
Pág. 136