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Iglús en la noche
Autor: Hans Ruesch
Título original: Ritorno alle ombre lunghe
Traducción: María Granata
Género: Novela
Cubierta: Farré Huguet
Editorial: Círculo de lectores
Año:1975
Páginas: 231
Año de la primera edición: 1973



Papik y su esposa Viví son dos jóvenes esquimales que viven en el Círculo Polar Ártico, siendo un verdadero desafío habitar un lugar tan inhóspito y hostil, enfrentando diariamente no solo el intenso frío sino también todos los peligros que los acechan. Sin embargo, todo eso no es nada, cuando tienen que lidiar con el hombre blanco y sus costumbres tan diferentes.


Hans Ruesch, escritor italiano nacionalizado suizo, fue, además de un hombre dedicado a las letras, corredor de autos y activista en contra de la experimentación en animales. 

Su novela Iglús en la noche, publicado también bajo el nombre de El regreso al país de las sombras largas, cuenta con una primera parte (El país de las sombras largas o Top of the world en inglés) que fue llevada a la pantalla grande con gran éxito.

El libro que presento en esta reseña es buenísimo por donde se le mire. Una gran historia, interesantes y muy peculiares personajes, lenguaje sencillo y fluido, y de fácil lectura; permite adentrarnos y conocer el mundo esquimal, sus expresiones, costumbres, creencias, supersticiones y sobretodo la actitud que tienen al enfrentarse a circunstancias adversas. Muchas de estas costumbres y creencias seguro chocarán con nuestra forma de pensar y hasta podrían herir nuestra susceptibilidad. Sin embargo, si dejamos de juzgar y simplemente abrimos nuestra mente y tratamos de ver las cosas desde otro punto de vista, nos daremos cuenta que para ellos tienen su razón de ser y eso ha hecho que puedan subsistir en un medio tan hostil. Un ejemplo de lo que podría resultar cruel para nosotros, pero común en ellos, se encuentra en los inicios del libro, cuando nos enteramos que Viví se encuentra en su segundo embarazo y esta vez espera que el niño por nacer sea un varón para no tener que volver a pasar por la terrible experiencia de deshacerse de su bebé, ya que Papik y Viví, como toda pareja esquimal desea que su primogénito sea varón, pues solo teniendo a un cazador más en la familia pueden asegurar su supervivencia. ¿Terrible, verdad? pero así como nos muestra escenas fuertes, también hay muchos momentos que destilan humor, candidez y dulzura en los personajes y a la vez mucha sabiduría, que en suma hacen de su lectura una de las mejores.

Resulta interesante además, la relación del hombre esquimal con el hombre blanco, cómo se desarrolla el choque cultural entre estos dos grupos humanos, haciéndonos reflexionar acerca de la tolerancia hacia quienes piensan distinto a nosotros y sobre el valor de las cosas simples de la vida que muchas veces pasamos por alto por nuestro acelerado ritmo de vida.

Búsquenlo en las librerías de libros usados y léanlo. No se arrepentirán.








El año 1960 se estrenó la película The savage innocents (Se tradujo como Onmme Bianco en Italia y Los dientes del diablo en España), dirigida por Nicholas Ray y basada en la novela El país de las sombras largas (Top of the world) del escritor Hans Ruesch. Les compartimos los videos encontrados en Youtube sobre esta película. Nos hubiera gustado ver llevada al cine la segunda parte con El regreso al país de las sombras largas, contándonos la historia de Papik y Viví.


Tráiler



Pimera parte (en inglés)



Una pequeña parte en castellano












Habían obtenido una victoria sin igual.
En alguna época de la prehistoria, restos de una tribu asiática expulsada de su territorio natural, habían salido triunfantes de su titánica lucha de adaptación a una región no creada para acoger a ningún ser humano, sólo a poquísimos animales. Pero habían quedado sojuzgados por su propia conquista, que asegurándose la totalidad de sus esfuerzos, había congelado su desarrollo cultural manteniéndolo en el estado primitivo en que se conserva aún hoy en día.
Su lucha no conoce fin, tampoco su esclavitud.
Si bien no deben someterse a ninguna ley humana, tampoco pueden sustraerse a la dictadura de su habitat. Como la salvajina evita al hombre, están condenados a vivir en grupos singularmente reducidos y a trasladarse continuamente  con sus bajísimos trineos hechos de huesos, carnes congeladas y leños encontrados a la deriva, tiradas por perros semisalvajes y perennemente hambrientos. Y dado que la llama de la vida arde con intensidad en los hielos polares y la vejez sobreviene precozmente, su principal ambición, además de la continua e inmediata de procurar el alimento, consiste en procrear lo más pronto posible un varón, es decir, un cazador más.
Así lo dicta la ley de la supervivencia.
Pero no obstante sobrellevar la existencia más ardua que se conoce, son los más alegres entre todos los hombres, y tal vez los más felices. Ríen de todo.
Excepto por la muerte de un niño.
Pág. 14



La vida es demasiado triste cuando no se puede reír.
Pág. 30



Después de haber ayudado a los dueños de casa a levantar un nuevo iglú, Papik y Viví se marcharon sin despedirse porque donde la compañía es rara las separaciones son penosas y es preferible ignorarlas. Cuando el trineo estuvo listo para partir, ya Ammaladok y Egurk les habían vuelto la espalda fingiendo abocarse a urgentísimas tareas.
Pág. 35



Papik había mortificado a Ammaladok dejándole toda la carne sobrante, no así las dos pieles, que no les hacía falta. Ammaladok se había vengado regalándole sus dos únicos cachorros para reemplazar a los perros que los osos habían matado.
Pág. 35



Para los esquimales sólo el asesinato es criminoso, y su manera de castigarlo es simple y lineal como un cuchillo de nieve:  si el culpable no es violentamente matado por los familiares de la víctima, queda excluido para siempre de la comunidad, terrible punición en un territorio donde frecuentemente la supervivencia depende de la solidaridad del prójimo.
Pág. 47


Mientras completaba el dibujo de la trucha interrumpiéndolo de tanto en tanto para rascarse la clavícula, el juez se preguntó si tendría aún tiempo para pescar antes de que la barcaza zarpase hacia una aldea más al norte, en donde lo aguardaba un caso capaz de conturbar singularmente a un espíritu jurídico: el de un padre que había asesinado a su propia hija para devorarla. Pero ni siquiera el canibalismo, como todo aquello que está al servicio de la supervivencia, era considerado un crimen entre los esquimales. A la deriva sobre un banco de hielo, la familia estaba muriendo de inanición. Madre, hijo, hija, todos habían ofrecido su propia vida para salvar a los otros, hasta que el padre decidió sacrificar a quien era menos útil...
Pág. 48


La verdad es que los hombres no pueden vivir sin una guía, y si no la tienen la crean.
Puede bastar un pronóstico que se cumple para desperar la sospecha de que se poseen conocimientos secretos o poderes mágicos; hasta que otras coincidencias y el auxilio de la astucia convierten la suposición en certeza.
Pág. 90