Título original: The tower of Babel
Autor: Morris West
Género: Novela
Dedicatoria: "En memoria Stanley L. Bartlett, mi primer editor y mi querido amigo. Un hombre amable y poco común. Muerto en 1966".
Reconocimiento:"Muchos amigos generosos de varios países me dieron parte de su tiempo, me comunicaron sus conocimientos y me aconsejaron mientras estaba escribiendo este libro. Hay muchos que no puedo nombrar. Otros han sufrido mucho. Todos deben permanecer en el anonimato. Les doy a todos las gracias en público y les ofrezco mi oración para que haya paz en sus hogares". M.L.W.
Editorial: PomaireAño: 1971
Páginas: 403
Calificación: 5/5
Este libro me sorprendió de manera positiva. Confieso que desde hace un buen tiempo estaba en mi estantería esperando ser leído. Hasta que por fin le di la oportunidad y no me arrepiento. Morris West hace una excelente dramatización del conflicto árabe con altas dosis de suspenso e intriga. A medida que se avanza en la lectura, la intensa trama te atrapa más y más.
El libro se encuentra dividido en trece capítulos y se subdivide en apartados con el nombre de la ciudad donde transcurrirán los hechos, como Damasco, Alejandría, Tel Aviv, Jerusalem, entre otros.
Te doy la lista de personajes. Recomiendo que se lea un poco de ellos para así disfrutar el libro desde el comienzo y no perderte nada:
Jacob Baratz: Teniente general. Director de inteligencia militar de Israel. Su esposa Hanna se encuentra internada en un hospital psiquiátrico.
Franz Lieberman: Amigo de Jacob Baratz. Doctor que atiende a Hanna.
Selim Fathalla: Doble identidad debido al trabajo que realiza. Es un agente judío (israelí) que como comerciante importador y exportador bajo el nombre de Selim Fathalla se encuentra infiltrado en Siria y tiene como amante a su secretaria Emilie Ayub, sin embargo, su nombre real es Adom Ronen casado con Judit Ronen, ambos con una hija llamada Golda.
Selim Fathalla se encuentra haciendo un buen trabajo en Siria aunque lleno de riesgos. Ocupa el lugar del antiguo espía Eli Cohen. Ha llegado a conseguir amigos sirios muy influyentes e importantes tales como Safreddin, el mismo que descubrió a Cohen y dispuso su muerte después de crueles torturas.
Safreddin:Director de seguridad interior de Siria y jefe del Tribunal Militar Extraordinario Sirio.
Dr. Bitar: amigo de Selim Fathalla. Trabaja de médico en Siria.
Idris Jarrah: Director del Centro de Operaciones del Frente de Liberación Palestina. Sicario.
Nuri Chakry: de origen humilde. De mendigo se convirtió en poco tiempo dueño de una casa de cambios y luego del Banco Fenicio. Traficante. Sin escrúpulos.
Mark Mathenson: norteamericano. Empleado de Nuri Chakry para que sea agente y colaborador en Europa del Banco Fenicio.
Simón Lewisohn: director de una corporación bancaria suiza. Le ofrece trabajo a Mark Mathenson en dicha corporación.
Heinrich Muller: se dedica al cambio de monedas, comercializa antiguedades y objetos exóticos. Su nombre real es Willi Reimon, uno de los más expertos falsificadores del Tercer Reich. Hace pasaportes, documentación y dinero falso.
Los personajes están bien constituidos. Morris no solo muestra los conflictos externos entre israelíes, sirios y jordanos sino también el conflicto personal, el conflicto interno de cada uno de sus personajes haciéndolos muy humanos, llegando a conocer el lector, sus miedos, preocupaciones, sus intereses, sus historias y problemas personales.
Leí por ahí que Morris West trabajó para el servicio de inteligencia de su país en la II Guerra Mundial y después en una radio, experiencias que seguro le ayudaron a escribir este libro, ya verán porque.
Leí por ahí que Morris West trabajó para el servicio de inteligencia de su país en la II Guerra Mundial y después en una radio, experiencias que seguro le ayudaron a escribir este libro, ya verán porque.
Es una magnífica obra que vale la pena ser leída.
"No existe el azar ni la suerte. La personalidad es el destino. Actuamos según lo que somos. Conseguimos lo que merecemos..."Pág. 29
"Pero tenía ambiciones más amplias [Safreddin]. Quería que Siria - y no Egipto-fuera el factor determinante de la política árabe. Quería borrar del mapa a Israel. Deseaba que los egipcios y los jordanos se entregaran lo más pronto posible a una guerra total contra el usurpador sionista. Quería suprimir al rey hachemita e instalar en su lugar, un gobierno socialista, de tal modo que el bloqueo fronterizo se pudiera convertir en sitio en toda regla. E Idris Jarrah era el hombre ideal para apretar el gatillo que descadenaría el combate total".Pág. 41
"Idris Jarrah debía enviar saboteadores a Jordania e Israel. Y cuando los judíos tomaran represalias, lo harían contra Jordania y no contra Siria. La población de la frontera culparía al rey Hussein y solicitaría un nuevo gobierno que les protegiera del ejército judío. Al mismo tiempo Idris Jarrah entregaría el dinero necesario para financiar la rebelión dentro del palacio de Amman. Idris Jarrah sería el responsable de la operación final, si fracasaba, cargaría con la culpa y se le calificaría de agitador a sueldo que trabajaba ilegalmente en la frontera de un estado soberano".Pág. 41
"En el sentido estrictamente legal- si es que se puede hablar de legalidad en los negocios de las naciones-, Israel ni siquiera tenía fronteras. Sus límites eran líneas de armisticio, líneas que dependían de la ratificación o firma de un tratado de paz, tratado que ahora parecía más lejano que la llegada del hombre a la luna. Incluso las líneas, que Baratz defendía, eran vulnerables en muchos sitios debido a la existencia de zonas desmilitarizadas donde no se podía circular con armas, donde ningún hombre podía llevar ni siquiera una pistola para proteger su vida, la de sus hijos o su cosecha. El comercio de Israel no se podía desenvolver con libertad debido a las sanciones que le aplicaban los estados árabes. Sus barcos no podían atravesar el Canal de Suez. Tenían cortadas las comunicaciones. No era posible hacer una llamada telefónica desde un lado de Jerusalem a otro, y el camino de Acre a Sidón estaba cortado por campos de minas, alambres de púas y hombres armados que tiraban a matar sobre cualquiera que se aventurara".Pág. 44
"Y, a pesar de todo, Israel había prosperado y seguía prosperando. Pero le quedaba muy poca grasa bajo la piel y había claros indicios de que se aproximaban tiempos más flacos. Después de la primera oleada de inmigrantes -del hundimiento de Europa, de Libia, Túnez, Argel, Marruecos, los Balkanes, el Yemen, Sudamérica, Irak e Irán- el flujo se había secado. A menos que Rusia abriera sus puertas y dejara salir a sus tres millones de infelices judíos, Israel se vería forzada a depender de su crecimiento demográfico natural para llenar los espacios desiertos, construir una economía industrial y mantener sus fuerzas armadas. La llegada de cerebros y de capital de la diáspora de Norteamérica también había cesado: la memoria de los holocaustos se debilitaba y las trompetas de Sión sonaban cada vez más importantes en los oídos de las generaciones jóvenes. Aún había algunos que venían a compartir la vida de un Kibbutz durante una estación o dos, pero eso no era inmigración. Y en realidad apenas había bastantes para cubrir los vacíos que dejaban los que salían del país y se marchaban a los abundantes mercados de Europa y de Estados Unidos"Pág. 45
“No me gustan las adivinanzas, Chaim. Pero hay una conclusión evidente. Los sirios continuarán molestándonos en Galilea hasta que nos veamos forzados a responder en serio. Y entonces pedirán a gritos la ayuda egipcia. Y si éstos trasladan tropas al Sinaí, empezará el juego otra vez. ¿Cuándo? ¿Quién puede saberlo? ¿Cómo podemos saberlo? Conoces los datos. Lees las noticias diarias. Estamos en un mundo loco, en una torre de Babel donde hablamos sin comprendernos y morimos delirando de modo tan primitivo como los monos”.Pág. 370