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Poesía : Alejandra Pizarnik



Alejandra Pizarnik (Buenos Aires, 29 de abril de 1936 - Ibíd., 25 de septiembre de 1972) fue una destacada poetisa argentina. Aquí algunos de sus poemas:


BUSCAR 

No es un verbo sino un vértigo. No indica
acción. No quiere decir ir al encuentro de alguien
sino yacer porque alguien no viene. 

  

VERDE PARAÍSO

extraña que fui
cuando vecina de vecinas luces
atesoraba palabras muy puras
para crear nuevos silencios



DONDE CIRCUNDA LO ÁVIDO

Cuando sí venga mis ojos brillarán
de la luz de quien yo lloro
mas ahora alienta un rumor de fuga
en el corazón de toda cosa. 




LOS PASOS PERDIDOS

Antes fue una luz
en mi lenguaje nacido
a pocos pasos del amor.
Noche abierta. Noche presencia. 




UN SUEÑO DONDE EL SILENCIO ES DE ORO

     El perro del invierno dentellea mi sonrisa.
Fue en el puente. Yo estaba desnuda y llevaba un
sombrero con flores y arrastraba mi cadáver
también desnudo y con un sombrero de hojas secas.
     He tenido muchos amores -dije- pero el más
hermoso fue mi amor por los espejos. 




ALGO

noche que te vas
dame la mano
obra de ángel bullente
los días se suicidan
¿por qué?
noche que te vas
buenas noches




LOS OJOS ABIERTOS

Alguien mide sollozando
la extensión del alba.
Alguien apuñala la almohada
en busca de su imposible
lugar de reposo. 




POEMA PARA EMILY DICKINSON

Del otro lado de la noche
la espera su nombre,
su subrepticio anhelo de vivir,
¡del otro lado de la noche!
Algo llora en el aire,
los sonidos diseñan el alba.
Ella piensa en la eternidad. 




SE PROHIBE MIRAR EL CÉSPED

Maniquí desnudo entre escombros. Incendiaron
la vidriera, te abandonaron en posición de ángel
petrificado. No invento: esto que digo es una
imitación de la naturaleza, una naturaleza muerta.
Hablo de mí, naturalmente. 




BALADA DE LA PIEDRA QUE LLORA

la muerte se muere de risa pero la vida
se muere de llanto pero la muerte pero la vida
pero nada nada nada 




AMANTES

una flor
no lejos de la noche
mi cuerpo mudo
se abre
a la delicada urgencia del rocío 




LA VERDAD DE ESTA VIEJA PARED

que es frío es verde que también se mueve
llama jadea grazna es halo es hielo
hilos vibran tiemblan
hilos
es verde estoy muriendo
es muro es mero muro es mudo mira muere.




INFANCIA

Hora en que la yerba crece
en la memoria del caballo.
El viento pronuncia discursos ingenuos
en honor de las lilas,
y alguien entra en la muerte
con los ojos abiertos
como Alicia en el país de lo ya visto. 



ANTES

bosque musical
los pájaros dibujaban en mis ojos
pequeñas jaulas 




EN TU ANIVERSARIO

Recibe este rostro mío, mudo, mendigo.
recibe este amor que te pido.
Recibe lo que hay en mí que eres tú. 




ENCUENTRO

alguien entra en silencio y me abandona.
Ahora la soledad no está sola.
Tú hablas como la noche.
Te anuncias como la sed. 




COMUNICACIONES

El viento me había comido
parte de la cara y las manos.
Me llamaban ángel harapiento.
Yo esperaba. 

    


    MENDIGA VOZ 
    Y aún me atrevo a amar
    el sonido de la luz en una hora muerta,
    el color del tiempo en un muro abandonado.
    En mi mirada lo he perdido todo.
    Es tan lejos pedir. Tan cerca saber que no
hay. 




    A LA ESPERA DE LA OSCURIDAD
    
    Ese instante que no se olvida
    Tan vacío devuelto por las sombras
    Tan vacío rechazado por los relojes
    Ese pobre instante adoptado por mi ternura
    Desnudo desnudo de sangre de alas
    Sin ojos para recordar angustias de antaño
    Sin labios para recoger el zumo de las
violencias
    perdidas en el canto de los helados
campanarios.
    Ampáralo niña ciega de alma
    Ponle tus cabellos escarchados por el fuego
    Abrázalo pequeña estatua de terror.
    Señálale el mundo convulsionado a tus pies
    A tus pies donde mueren las golondrinas
    Tiritantes de pavor frente al futuro
    Dile que los suspiros del mar
    Humedecen las únicas palabras
    Por las que vale vivir.
    Pero ese instante sudoroso de nada
    Acurrucado en la cueva del destino
    Sin manos para decir nunca
    Sin manos para regalar mariposas
    A los niños muertos. 




ORIGEN

Hay que salvar al viento
Los pájaros queman el viento
en los cabellos de la mujer solitaria
que regresa de la naturaleza
y teje tormentos
Hay que salvar al viento 




LA DE LOS OJOS ABIERTOS

La vida juega en la plaza
con el ser que nunca fui
y aquí estoy
baila pensamiento
en la cuerda de mi sonrisa
y todos dicen esto pasó y es
va pasando
va pasando
mi corazón
abre la ventana
vida
aquí estoy
mi vida
mi sola y aterida sangre
percute en el mundo.
pero quiero saberme viva
pero no quiero hablar
de la muerte
ni de sus extrañas manos. 



LAZO MORTAL

Palabras emitidas por un pensamiento a modo de
tabla del náufrago. Hacer el amor adentro de
nuestro abrazo significó una luz negra: la
oscuridad se puso a brillar. Era la luz
reencontrada, doblemente apagada pero de algún
modo más viva que mil soles. El color del mausoleo
infantil, el mortuorio color de los detenidos
deseos se abrió en la salvaje habitación. El ritmo
de los cuerpos ocultaba el vuelo de los cuervos.
El ritmo de los cuerpos cavaba un espacio de luz
adentro de la luz. 




TU VOZ 
Emboscado en mi escritura
cantas en mi poema.
Rehén de tu dulce voz
petrificada en mi memoria.
Pájaro asido a su fuga.
Aire tatuado por un ausente.
Reloj que late conmigo
para que nunca despierte. 



EN LA OTRA MADRUGADA

Veo crecer hasta mis ojos figuras de silencio
y desesperadas. Escucho grises, densas voces en el
antiguo lugar del corazón.



VÉRTIGOS O CONTEMPLACIÓN DE ALGO QUE TERMINA

Esta lila se deshoja.
Desde sí misma cae
y oculta su antigua sombra.
He de morir de cosas así. 




    COMO AGUA SOBRE UNA PIEDRA
    
    a quien retorna en busca de su antiguo buscar
    la noche se le cierra como agua sobre una
piedra
    como aire sobre un pájaro
    como se cierran dos cuerpos al amarse 




HISTORIA ANTIGUA

En la medianoche
vienen los vigías infantiles
y vienen las sombras que ya tienen nombre
y vienen los perdonadores
de lo que cometieron mil rostros míos
en la ínfima desgarradura de cada jornada.
  



LA CARENCIA

Yo no sé de pájaros,
no conozco la historia del fuego.
Pero creo que mi soledad debería tener alas. 
  



HIJAS DEL VIENTO

Han venido.
Invaden la sangre.
Huelen a plumas,
a carencia,
a llanto.
Pero tú alimentas al miedo
y a la soledad
como a dos animales pequeños
perdidos en el desierto.
Han venido
a incendiar la edad del sueño.
Un adiós es tu vida.
Pero tú te abrazas
como la serpiente loca de movimiento
que sólo se halla a sí misma
porque no hay nadie.
Tú lloras debajo de tu llanto,
tú abres el cofre de tus deseos
y eres más rica que la noche.
Pero hace tanta soledad
que las palabras se suicidan. 



EL MIEDO

En el eco de mis muertes
aún hay miedo.
¿Sabes tu del miedo?
Sé del miedo cuando digo mi nombre.
Es el miedo,
el miedo con sombrero negro
escondiendo ratas en mi sangre,
o el miedo con labios muertos
bebiendo mis deseos.
Sí. En el eco de mis muertes
aún hay miedo. 




   CONTINUIDAD 
   No nombrar las cosas por sus nombres. Las
cosas tienen bordes dentados, vegetación
lujuriosa. Pero quién habla en la habitación llena
de ojos. Quién dentellea con una boca de papel.
Nombres que vienen, sombras con máscaras. Cúrame
del vacío —dije. (La luz se amaba en mi oscuridad.
Supe que no había cuando me encontré diciendo: soy
yo.) Cúrame —dije.




POEMA
 
Tú eliges el lugar de la herida
en donde hablamos nuestro silencio.
Tú haces de mi vida
esta ceremonia demasiado pura. 



AZUL 
mis manos crecían con música
detrás de las flores
pero ahora
por qué te busco, noche,
por qué duermo con tus muertos 





PRESENCIA

tu voz
en este no poder salirse las cosas
de mi mirada
ellas me desposeen
hacen de mí un barco sobre un río de piedras
si no es tu voz
lluvia sola en mi silencio de fiebres
tú me desatas los ojos
y por favor
que me hables
siempre 



CUARTO SOLO
 
Si te atreves a sorprender
la verdad de esta vieja pared;
y sus fisuras, desgarraduras,
formando rostros, esfinges,
manos, clepsidras,
seguramente vendrá
una presencia para tu sed,
probablemente partirá
esta ausencia que te bebe. 




TIEMPO 
Yo no sé de la infancia
más que un miedo luminoso
y una mano que me arrastra
a mi otra orilla.
Mi infancia y su perfume
a pájaro acariciado. 




FIESTA
he desplegado mi orfandad
sobre la mesa, como un mapa.
Dibujé el itinerario
hacia mi lugar al viento.
Los que llegan no me encuentran.
Los que espero no existen.
Y he bebido licores furiosos
para transmutar los rostros
en un ángel, en vasos vacíos. 



TE HABLO
Estoy con pavura.
hame sobrevenido lo que más temía.
no estoy en dificultad:
estoy en no poder más.
No abandoné el vacío y el desierto.
vivo en peligro.
tu canto no me ayuda.
cada vez más tenazas,
más miedos,
más sombras negras. 




   LA PALABRA QUE SANA
 
   Esperando que un mundo sea desenterrado por el
lenguaje, alguien canta el lugar en que se forma
el silencio. Luego comprobará que no porque se
muestre furioso existe el mar, ni tampoco el
mundo. Por eso cada palabra dice lo que dice y
además más y otra cosa. 




SOMBRAS DE LOS DÍAS A VENIR

Mañana
me vestirán con cenizas al alba,
me llenarán la boca de flores.
Aprenderé a dormir
en la memoria de un muro,
en la respiración de un animal que sueña. 





SOLAMENTE EN LAS NOCHES
 
escribiendo
he pedido, he perdido.
en esta noche en este mundo
abrazada a vos,
alegría del naufragio.
he querido sacrificar mis días y mis semanas
en las ceremonias del poema.
he implorado tanto
desde el fondo de los fondos
de mi escritura.
Coger y morir no tienen adjetivos.